Llegaron los asesinos
hasta la Laguna Negra,
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
agua transparente y muda
que enorme muro de piedra,
donde los buitres anidan
y el eco duerme, rodea;
agua clara donde beben
las águilas de la sierra,
donde el jabalí del monte
y el ciervo y el corzo abrevan;
agua pura y silenciosa
que copia cosas eternas;
agua impasible que guarda
en su seno las estrellas.
Estando cerca de este paraiso natural, nos subimos a nuestro MARCO POLO y nos dirigimos a esa laguna.
La Soria Verde inicia un itinerario desde la capital, donde el viajero tomará la carretera de Burgos (N-234), que le conducirá hasta Abejar “La Puerta de Pinares” en busca de la Tierra de Alvargonzález. Así, y con los versos de Machado contando un parricidio, el viaje se va a Vinuesa entrada hacia la Laguna Negra. Al llegar a la villa, un cartel a la derecha anuncia el mítico paraje. Es la misma carretera que lleva a Montenegro de Cameros, después de que un Punto de Nieve espere en lo alto de Santa Inés. La Laguna, a la que habrá que desviarse por una pista a la izquierda antes de llegar al Puerto, se abre a excursiones a pie, que llevan a puntos como el nacimiento del Duero.

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